YO, REPÚBLICA |
Tal principio de responsabilidad democrática es negado en una Monarquía. La distancia social aparece constantemente, el Rey llama de tú a todos los ciudadanos, los cuales deben referirse a él de usted, todo ello envuelto en un ambiente jerárquico y cortesano que enfatiza esta distancia. Incluso el Himno Nacional es una marcha real frente a la cual los ciudadanos se yerguen respetuosos en silencio, produciéndose una cultura de vasallaje. Véase el blindaje mediático de la figura del Rey.
La Monarquía en España no sólo fue nombrada por el Dictador, sino que fue parte de la nomenclatura de aquel estado dictatorial dirigido por un General al cual nunca ha criticado. Alabándolo incluso en tiempo de democracia. La Casa del Rey, el 18 de Julio de 1978 publicó el siguiente texto: "Hoy se conmemora el aniversario del Alzamiento Nacional que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el Ejercito, escuela de virtudes Nacionales, y a su cabeza el Generalísimo Franco, forzador de la gran obra de regeneración".
Tal supuesta regeneración nos dejo 192.684 ejecuciones y asesinatos, incluyendo 30.000 que según los últimos descubrimientos las cifras son mayores de personas que continúan desaparecidas, estableciendo una dictadura en gran parte responsable del enorme retraso económico y social de España. Cuando el Dictador murió, el 84% éramos personas con escasa educación, el porcentaje más elevado de Europa.
El eje central de las derechas lo constituye el Ejército, la Iglesia, la Patronal y la Banca (el poder factico), que apoyaron y apoyarán a la Monarquía, porque les ofrece un orden constitucional que les favorece. Prueba de ello es la continua promoción de la Monarquía y del Rey en los medios de información que controlan.
El papel negativo que la Monarquía está jugando en el país, inhibiendo el desarrollo democrático de España lo acabamos de ver con el linchamiento por parte del Tribunal Supremo del único juez en España que se atrevió a intentar enjuiciar los crímenes del franquismo, instruyendo además al Estado a que encontrara a los asesinados por la Falange y por las Fuerzas Armadas sublevadas, apoyadas por la iglesia Católica, que permanecen desaparecidos. Ello es indicador de lo inmodélica que fue la Transición de la dictadura a la democracia y la baja calidad de esta última. El Estado, su composición y sus aparatos continúan reproduciendo una cultura profundamente conservadora, escasamente democrática, que se nutre de instituciones como la Real Academia de la Historia, cuya expresión de ultraderechismo aparece en su biografía de Franco. Ningún otro país democrático permitiría tales hechos.
La Monarquía es el centro institucional de este Estado, profundamente consevador, que sigue protegiendo a los grupos que fueron dominantes durante la dictadura, el poder factico (Ejército, cuyo jefe es el Rey, la Iglesia, la Banca y la gran Patronal).
España es el país de la Unión Europea con el gasto público social por habitante más bajo y con el fraude fiscal más alto, del cual el 72%, según los técnicos de la Agencia Tributaria, lo realizan las grandes fortunas.
De ahí, que el cambio de Monarquía a República no sería un mero cambio de la persona que ocupa la jefatura del Estado, sino el inicio del deshilachado entramado.
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