Todos comen de nuestro pastel, y a nosotros nos dan los huesos. |
Ahora resulta que asisto a un problema financiero sin precedentes. Somos más de un millón de ahorradores que hemos dejado de saber donde están nuestros ahorros, confiados como ya dije, en las recomendaciones de nuestro banco o caja.
A estas alturas de la película, creo que todo el mundo sabe que las participaciones preferentes son valores perpetuos de los que se obtienen grandes rentabilidades siempre y cuando las instituciones financieras obtengan beneficios. Una buena recomendación de ese amigo director o directora del banco o caja que vela por nuestros ahorros, y que creyendo hacernos un favor nos animo encarecidamente a guardar nuestro pequeño capital en estos instrumentos financieros que ahora han resultado ser lo que no nos habían ofrecido.
La confianza y la seguridad en nuestros amigos de la sucursal bancaria, animaron a más de un millón de ciudadanos (veinte mil millones de euros), que les prestamos a esos bancos y cajas sin saber, por que no nos lo contaban, lo que estaban haciendo.
De este ahorro perpetuo, nos dimos cuenta tarde y ya no podemos recuperarlo. Quizás acudiendo al mercado secundario, apenas activo, comprobamos que nuestros ahorros se quedaron en la mitad.
Pero lo sangrante es que ahora, aquel hombre o mujer director de la sucursal tan afable en tiempos recientes, ya no nos coge el teléfono, se siente responsable de no habernos contado toda la verdad.
Si preguntamos: ¿Y mi dinero?, todos recibimos los intereses pero no podemos retirar el capital y aunque acudimos al Banco de España nos dicen, que el Fondo de Garantías de Depósitos no garantizan las participaciones de esta índole.
Somos mayoritariamente personas mayores, pymes y pequeños ahorradores, que ahora nos damos cuenta que incluso no son preferentes, ya que estas participaciones se colocan en última fila en el listado de acreedores en el supuesto caso de que hiciera falta un concurso de los mismos.
Algunos gobiernos ya han llevado a la Fiscalía el asunto, como es el caso del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (17/4/2012).
Algunos tribunales ya han fallado a favor de los damnificados (Zaragoza, Vigo o Palma de Mallorca). Pero el asunto es tan grave, tan abultado, que los poderes públicos deberían de actuar de inmediato y dejarse de mirar para otro lado. ¿No es acaso un asunto de consumo donde los usuarios somos los perjudicados por una información falsa o incompleta?.
Estoy seguro que se recomendaron estos productos a través de maquinaciones y argumentos lesivos para nosotros los clientes. Desde luego no se ha suministrado información financiera adecuada. O que la información no fue la precisamente correcta, más bien diría yo que fue hecho con engaño. Tremendo.
Responsabilidades al margen, lo que esta claro es que estamos ante un caso en el que lo primero es salvaguardar los ahorros de más de un millón de ahorradores, que confiamos en nuestro banco amigo o en nuestra caja de toda la vida.
El gobierno, que para eso gobierna y legisla, tiene que tomar las medidas que sean necesarias y ejercer las responsabilidades que se les encomendo y que se dejen de mirar para otro lado.
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