El 1º de mayo, como todo el mundo sabe, es el día en el que los trabajadores nos echamos a la calle. Este año nos manifestamos para pedir: trabajo, dignidad y derechos. Nos manifestamos en contra de la política económica, la reforma laboral, los recortes en Educación y Sanidad, las subidas de impuestos y nos manifestamos para defender el Estado del Bienestar.
Unos derechos que ahora impulsados por el gran líder del PP quiere arrebatárnoslos y acabar con todo.Posiblemente hubieran preferido que hubiésemos ido de rodillas hasta La Moncloa para agradecer al gran líder su magnifica reforma laboral, que tanta felicidad ha traído al hogar obrero. Ya que prefieren que nosotros pasemos hambre, para que la Doña Ángela siga contenta.
Usted Sr. Marioneta es dueño de presumir de que todos los viernes nos hará que apretemos y apretemos el cinturón, nosotros aguantamos mucho, pero los recortados podremos mostrar nuestro parecer sobre sus medidas y, como violentos revolucionarios saldremos a la calle y a voz en grito protestaremos por todo.
A los niños, por desgracia también hay que incluirlos en la crisis. Tanto nos están prohibiendo y quitando que últimamente incluso prohíben ser niño. El Gobierno suprime las ayudas para la construcción de escuelas infantiles porque según ellos “son simplemente un componente educativo menor de tipo asistencial”. Ignora este Gobierno que sin esa educación lo que se esta facilitando y potenciando es a un futuro fracaso escolar.
Los que se están disputando la autoría de este recorte es el Justiciero Sr. Gallardón y el Kalasnikov Sr. Wert.
El quijote contra los molinos de viento estructurales Sr. Gallardón, caudillo que da el pecho en defensa de una mujer que no tiene derechos sobre su cuerpo, que no sabe defenderse de si misma, que debe regresar, a las labores propias de su debilidad femenina, a ser luna abierta para las noches erectas, a cuidar de los hijos como una virgen. Va a luchar como nadie lo ha hecho para que nadie obligue al aborto, cuenta como escudero con el Sr. Rouco Varela.
Al Sr. Wert le preocupan los toros. Hay que ayudar a la sangre valiente, aplaudiendo a Francisco Alegre. “En los carteles han puesto un nombre…” o “Pisa, morena, pisa con garbo…” olé, olé y olé. Aunque los niños no tengan escuelas porque al fin y al cabo son un componente educativo menor de tipo asistencial.
Son ya tantas las prohibiciones que nos están imponiendo que volvemos a la infancia sin chupete de leche condensada que calme la tragedia de un juguete estropeado. Cuando esos niños ya tengan dos o seis años tampoco tendrán escuelas con patios de recreo y columpios.
Por eso, a esos niños hay que incluirlos en la crisis, para que así crezcan con miedo al trabajo adulto, al despido caprichoso, a desahucios, a contenedores con restos caducados de Alcampo, Carrefour o el Corte Inglés. Para poco a poco ver a niñas-sección-femenina, camisa azul, correaje brillante y bordados para un ajuar de piernas cerradas que eviten las caricias del alma o las flechas de aquellos pantalones cortos en los niños.
También les prohíben ser muchachos informáticamente comunicados. Las señales de humo tuvieron su importancia igual que aquellos sobres que llevaban besos a la quinceañera.
Si no fuera por que las consecuencias son dramáticas, la cosa hasta tendría gracia.
Este gobierno del PP, con su gran líder a la cabeza que va contradiciendo uno a uno sus compromisos electorales.
No se cansaron de decir durante la campaña que educación y sanidad públicas no se tocarían. No solo no la han tocado, sino que están poniendo las bases para su deterioro total.
Prometieron una reforma laboral que aumentaría el empleo, pero cada día hay mas parados. Mantuvieron que no bajarían las pensiones, pero los pensionistas ya pagamos parte de los medicamentos e incluso las ambulancias, como si esto no fuera una forma de bajarlas.
Este presidente solo habla en el extranjero o en las reuniones de su partido, como si no tuviera que dar explicaciones a los ciudadanos. Se creen que tienen carta blanca para hacer lo que les venga en gana.
Hoy, en esta situación económica y social intolerable, el ciudadano que no está indignado es que es parte del problema y no de la situación. El que no está, es que no tiene conciencia democrática.
ASI QUE LOS CIUDADANOS TENDREMOS QUE ESPERAR CUATRO AÑOS, CALLADITOS Y OBEDIENTES, QUE PARA ESO MANDA EL GRAN LÍDER.
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