En esta foto vemos la antigua escalinata y portada de la iglesia románica
de San Pedro de Melide del siglo XIII. Es una de las más hermosas del arte
medieval gallego, enmarcada por dos contrafuertes poco salientes y compuesta
por tres arquivoltas semicirculares, con elementos que apuntan claramente hacia
una estética gótica: columnas de pequeños fustes y altas bases y capiteles con
decoraciones vegetales. Aunque se conserva la portada de esta iglesia románica
de San Pedro, adherida a la actual capilla de San Roque, las antiguas piedras
centenarias de esta escalinata, de un gran valor etnográfico e histórico, han
desaparecido. Posiblemente estas piedras hoy tendrían un valor importante.
En
Melide, el Camino Francés se hace urbano, recibiendo también a los peregrinos
que caminan a Compostela a través del Primitivo. Es Melide una localidad de
fuerte identidad e historia jacobea ya que se trata de un centro medieval
repoblado por mandato de Alfonso IX en el siglo XIII, que hoy de esa época
conserva la portada románica de San Pedro, adherida a la actual capilla de San
Roque.
El
peregrino al llegar al centro urbano de Melide y después de retomar fuerzas con
una ración de pulpo y una taza de vino tinto en la famosa y mundialmente
conocida Pulpería Ezequiel se encuentra con la ya mencionada capilla de San
Roque y al lado el crucero gótico más antiguo de Galicia, probablemente del
siglo XIV, como dijo de él Castelao, en su obra Las Cruces de una piedra en la
Galiza y otros investigadores.
En el anverso de este
crucero está representado el Cristo Majestad sedente, mostrando las llagas de
la mano, con corona de espinas, clavos y con un paño que le cubre las piernas.
En el reverso representa un calvario, con Jesucristo, la Virgen y San Xoan, con
una figura arrodillada al lado de la virgen. Una de las peculiaridades de este
crucero es que tiene torneado un ramo de hojas tanto en el lateral como por
debajo de los brazos.
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